Partido Rodriguista
¿Quieres reaccionar a este mensaje? Regístrate en el foro con unos pocos clics o inicia sesión para continuar.
Buscar
 
 

Resultados por:
 


Rechercher Búsqueda avanzada

Últimos temas
» [Ediucación] Glosario de terminos comunes
Cuyo, el encuentro de un desencuentro... EmptyVie Ene 23, 2015 11:42 pm por fenavidades

» Revitalizar el foro
Cuyo, el encuentro de un desencuentro... EmptyJue Mar 07, 2013 1:46 am por cokenin

» Ordenes de las GAR
Cuyo, el encuentro de un desencuentro... EmptyLun Ago 22, 2011 1:18 am por moxvidal

» Cuyo, el encuentro de un desencuentro...
Cuyo, el encuentro de un desencuentro... EmptyDom Jul 10, 2011 10:49 pm por Fauno

» Propuesta para las elecciones del Congreso
Cuyo, el encuentro de un desencuentro... EmptyMiér Jul 06, 2011 9:14 pm por armando naval

» Hola, vuelvo al PR
Cuyo, el encuentro de un desencuentro... EmptyMiér Jun 29, 2011 11:47 pm por Jorge Olivares

» Bienvenido
Cuyo, el encuentro de un desencuentro... EmptyMiér Jun 01, 2011 12:38 am por Chileball64

» Hola compañeros
Cuyo, el encuentro de un desencuentro... EmptyLun Mayo 30, 2011 3:46 pm por MOnTT

» Junta PR!!! (planificación) 8D
Cuyo, el encuentro de un desencuentro... EmptyLun Mar 14, 2011 9:54 pm por sirakuss

Navegación
 Portal
 Índice
 Miembros
 Perfil
 FAQ
 Buscar
Compañeros
Crear foro

Cuyo, el encuentro de un desencuentro...

5 participantes

Ir abajo

Cuyo, el encuentro de un desencuentro... Empty Cuyo, el encuentro de un desencuentro...

Mensaje por Fauno Sáb Jul 09, 2011 4:19 pm




INTRO: Esto sucedió la semana, cuando estaba en argentina y aguantabamos el golpe de los kiwis y los peruanos. Ahí, mientras pegaba me topé en el frente con valebvb, ahí empieza la historia (la que parece mezclar realidad con ficción)...




Desde el flanco argentino podía mirar las bajas. Desde aquí se vive con más corazón la guerra, sobre todo cuando derrama sus causas por entre los agujeros que abrían los fusiles del otro extremo. La radio no dejaba de gritar las órdenes de no rendirse y mantener las lineas de defensa. Los oídos de pronto me fallaban,imposible era no detenerse a mirar los aliados, los que fueros, los que no venían, en esa imágen panorámica en la que puedes ver todo, pero no es nada más que la imaginación, o la desesperación.

Correción, había que decir: desde aquí se viven las bajas; vivo las bajas, y podría decir más pesimista: soy la baja misma.


Poco era decir eso, la moral no andaba muy bien. Desde hace cuánto que no sonreía, días ya. El fuego amigo resistía, y de no ser por los camaradas de TroPA estaría sin cabeza por despistado. Sin cabeza como para volver a sonreír.



- "Faunoskov no seas salame! Más atento con los francos...!" - Gritaba Dante-arg, quien me hacía señas con los dedos para que cubriera a Nicolás Vergara, que se movía en ayuda de otro camarada. Buen tramo, había que hacer distracción... No había tregua ni con médicos ni con heridos. Todos muertos o los muertos se suman al otro lado.

- Copiado. Sale ahora que están recargando... Ahora ahora... dale!

Sin perdón ni nada las balas no parecían faltar por ambos lados. Cada respiro era una melodía que cada cual sabía vivir en su escasa individualidad ensuciada de barro, sudor, y sangre. Otros vivían su último concierto solitarios, en medio del campo de batalla.

No existían héroes, sólo mártires.
Y el olvido.

Cuando recargaba el fusil a duras penas noté una cabellera conocida. Oscura por el día o la tierra, me traía un afecto que parecía haber olvidado. Se me atascaba el cartucho. Un par de golpes y volvía a ella. La volvía a ver. No tendía nada más que mirarla con el cejillo del rifle. Me temblaban las manos. Me secaba el sudor de los ojos. Sí, estoy seguro. No era una alucinación antes de morir. Era ella, de este lado, escabullida en una trinchera... Era ella, del lado mío, mío... en cierto modo. El fuego enemigo no desteñía, era despiadado e indiscretamente persistente. Cruel por sobre todo, porque me hacía volver en lo que estaba. Aquí, de su lado, pero a una distancia que ni el soldado más salvaje cruzaría solo o sin un buen propósito. Los médicos eran escasos y no daban abastos. Parecía estúpido cruzar el campo, pero aún más abandonar este deseo que se presentó en un descuido. Era ella y no necesitaba ayuda, era el frente, y los enemigos, la guerra, el triunfo o la derrota, y yo una tercera persona, medio ajeno, distiante, desafectado, como quien mira una romántica pintura de paisaje en un cálido museo...




Sobrevivir era la segunda orden. De vez en cuando se dejaba escuchar en la radio. No parecía fácil. Tampoco estúpido comunicarlo como orden. Así que estuve receloso con la unidad largas horas el frente argentino. Defender Cuyo sin la posibilidad de retirarse, no era esto un juego sino una apuesta, diferencia maldita en la que en una puedes perder sin problemas, pero acá las reglas son pagas con vida tú o a quien estas apuntando. Ya había decido por varios enemigos. Era yo quien tenía que vivir... Pero quería cambiar el fusil por el lápiz, para empezar a moverme por caminos más conocidos... Era imposible, ninguna arma parecía efectiva en ese entonces.

No podía moverme, estaba ahí como un tullido pese a que mis pies daban todo por dar un paso adelante. ¿Y para qué caminar? Ah sí... ella, ahí estaba, recargando su arma que le había regalado el día en que me había ido de Chile...

Desde unas torretas los españoles molestaba toda  la infantería aliada, impidiendo la relocalización de la unidad en la que estaba. TroPA y otras unidades qué sólo conocía de reojo. De la radio se escuchaba la órden de derribar el objetivo. whatsupcarlitos repetía la orden pero nadie se atrevía a levantar siquiera la mirada a echar un vistazo. Las ráfagas calaban cerca de las trincheras. No había nadie cerca dispuesto. Nos mirábamos las caras, esperando que algún loco se tirara, quizá algún novato, la carne de cañón... Era nuevo aquí, jamás novato, eso sí, era casi un desconocido, así que nadie se preocuparía si caía en el campo. No tenía amuletos, sólo un ojo en ella y otro en lo que sería el objetivo. No sé cómo lo hice, sólo me mantuve junto a mis compañeros hasta que se dió el momento de levantarse y moverse. Eran rápidos todos los movimientos, todo lo que sucedía. El calor era tremendo pese a que estaba atardeciendo.

Cerré los ojos por primera vez.

Los silbidos de las balas de alto calibre se hacían breves y hondos. Venían, volvían a venir, el golpe no cesaba. Hubo una que cruzó cerca de mi casco, casi me lo voló de la cabeza. Un pitido que me llegó hasta la médula... perdí la orientación por un momento, hasta que volví a escuchar. los gritos de los soldados cubrían el campo, breves y secos. Habían varios conocidos, unos amigos y otros no tanto, como Phantom Menace, con quien sólo he tenido la oportunidad de intercambiar unos insultos y ofensas, y aún no entiendo por qué me reprocha ser un chileno en argentina... si yo nací aquí, en lugar de la tierra que aún no se nos había encomendado, y casi por destino volvía donde me vieron crecer... pero ya volvía a recordar a mi realidad, era antes que todo un desconocido con un fusil.

Me levanté y bastó un intento, casi una intuición para que el silencio se hiciera presente, al menos por algunos segundos... El instinto con la puntería bastó para que se moviera la TroPA, antes de que otro soldado tomara el puesto de las torretas y volver a la misma situación. En ese movimiento yo quedé solo.


- No pierdan sus puestos...! Muevanse juntos...! Mantengan las líneas...! ¿Cuándo llegan los artilleros...? ¿... Y los aliados...!?

Los oficiales parecían hablar con los fantasmas. Bajé un poco la radio.

Nadie menciona los golpes de los tanques, son momentos infames es un segundo que dejan una gran mortandad. Efectivos y rápidos, son un movimiento que en el tablero no deja indiferente a nadie, más yo quería avanzar más allá de mi solitud. La TroPA me apelaba por radio, advirtiéndome que era peligroso que me mantuviera y que desacatar las órdenes era causa grave.


- Fauno pt, aguanta que te vienen.
- ¡Qué, más médicos?? Yo no necesito medicos, sino cambiar el objetivo...

Un silencio del otro lado se dejaba escuchar

Noticias de que llegaría apoyo y que había aguantar reportaban los superiores... Yo no aguantaba. Por primera vez apreté el botón de la radio para hablar con ganas, y dije:


- Sanciones... desobediencia...! Peor desacato sería es no poder hablar con ella teniendola tan cerca... Imposible desacato a esto...! Cambio y fuera.

Desde el otro lado del campo pude ver a At-Elah, quien asintió con la cabeza, antes de esconderla en la trinchera a la que alcanzaron a llegar con los demás chicos. Noté una sonrisa irónica antes de verlo desaparecer... Y pensar que casi nos enemistamos por darnos codazos en el mercadito argentino, ahora aliados, confiando la vida. Nos separamos, pero algo me decía que nos volveríamos a ver, eso si, antes tenía que cumplir el objetivo que me había propuesto el momento en el que la ví.




Escupía al suelo. El aire no me faltaría. Serían  treinta, quizá cien metros. No lo sé. Era lejos y cerca a la vez: entre la cordura por existir y la locura de una idea fresca e insensata, un deseo por resolver. La mirilla del fusil me ayudaba a reconocerla mejor.Y más que reconocerla, convencerme. Era ella: pequeña, morena, sencilla, frágil,  y tan fuerte con su fusil que no descansaba ni siquiera cuando se recalentaba el cañón. Escondía su sonrisa para otro momento. No eran momento para la alegría, aunque el calor del arma ruborizaba su rostro. No fuí capaz de ver sus ojos.

Yo la llamaba con el pensamiento para que me viera, pero esos trucos nunca han funcionado.

Me escondí en la aún trinchera... ya poco le quedaba, urgía encontrar el papelito que guardaba en mi billetera antes de salir de ahí... papeles, papeles, papeles inútiles, credenciales, permisos, pasaporte... ninguno era. Y ahí cuando quedaban los boletos de los pasajes del bondi, ahí estaba el papelito. Lo empuñé.

Volví a apretar el botón para hablar.


- Alguien que me cubra, estoy solo. Voy a salir al frente...

Nadie respondía, estaba efectivamente solo. Repetí el mensaje por un rato y no se escuchaba a nadie en el canal. Aguantaba resignado en el frente. Los suministros se me acababan. Los tiros se volvían cada vez más valiosos... los segundos más intensos... Volvía a insistir en la radio. Ahí alguien respondió.

- Che Fauno, aún estás ahí?
- Quien habla?
- At-elah, patito

Imaginé su sonrisa irónica. También sonreí. Sólo dejé escurrir un suspiro en la radio. Estaba cansado en serio... no me había dado cuenta...

- Son doscientos metros. Hay que ser héroe para cubrirte a esa distancia.
- Entonces hácete héroe, salame
- ¿Pero qué vas a hacer..?
- Voy en camino...
- Pero qué pete...!

En eso que me paraba llegaron los aliados, tanques de indonesia y brasil, así también del otro lado: polonia se hacía presente. Correr mientras la tierra temblaba era casi imposible. Los traspiés que daba en cada paso me hacían sentir como si estuviera cruzando el infierno por una cuerda floja... demasiado floja porque caí... En eso que caí noté que ella se había alejado del frente, la perdí de vista...

Eran unas piedras,las piedras me dolían en la espalda, estaban heladas. Sentía un frío, y luego un temblor en los pies... Pensaba qué pasaría si esto era el último momento... Pasó así largo rato tendido en el suelo mirando cómo se asomaban las estrellas. No podía creer que me volvía a tender como cuando chico, cuando pedía a las estrechas que no brillaran tanto porque me ponía ciego... y ese día estaban tenues, débiles...

Apretaba el papel y susurraba el mensaje esperando que lo escuchara. El papelito que resistía al olvido de aquel día que la ví, organizando las juventudes con tanta espontaneidad. Ahí también le susurraba desde lejos, esperando que me escuchara boca de algún grillo que le susurrara a su oído, o algún ángel guardián que tuviera... y le diera el mensaje. No sé donde estaba, y no era por confusión, sino por el completo abandono al que me dejé estar... tuve sueño, bostecé tanto que parecí dormir largo rato...

Sin saber en qué estaba, si esto fuera un sueño o realidad, sólo quería estrecharle la mano denuevo, saludar, saludar y despedirme y dedicarle los versos enamorados de Lautaro, el poeta que aún no era porque aún no había nacido, yo quería ser nada más los labios que recitaran el papelito:


Equivoquémosnos todo lo que queramos.
La tierra del desamor no existe

Jorge Teiller hablaría por mí en ese campo que me abrazó, pese a que era un extranjero... un extranjero que, de alguna manera, desde la tierra buscaría volver...









Versión completa del poema:



Después de todo - Jorge Teiller


Cuyo, el encuentro de un desencuentro... 7ioz


Última edición por Fauno el Sáb Jul 09, 2011 10:00 pm, editado 9 veces
Fauno
Fauno

Cantidad de envíos : 388
Fecha de inscripción : 16/05/2009

Volver arriba Ir abajo

Cuyo, el encuentro de un desencuentro... Empty Re: Cuyo, el encuentro de un desencuentro...

Mensaje por darth.sidious2.0 Sáb Jul 09, 2011 7:05 pm

grande faunoskov, me hiciste llorar wn

darth.sidious2.0

Cantidad de envíos : 107
Fecha de inscripción : 05/03/2011

Volver arriba Ir abajo

Cuyo, el encuentro de un desencuentro... Empty Re: Cuyo, el encuentro de un desencuentro...

Mensaje por armando naval Sáb Jul 09, 2011 10:11 pm

No-ta-ble
armando naval
armando naval

Cantidad de envíos : 93
Fecha de inscripción : 29/08/2009
Edad : 41
Localización : Santiago Sur

Volver arriba Ir abajo

Cuyo, el encuentro de un desencuentro... Empty Re: Cuyo, el encuentro de un desencuentro...

Mensaje por cokenin Dom Jul 10, 2011 1:48 am

excelente relato fauno

felicitaciones
cokenin
cokenin

Cantidad de envíos : 211
Fecha de inscripción : 07/12/2010
Edad : 41
Localización : Concepción / Puente Alto

http://www.twitter.com/cokesalazar

Volver arriba Ir abajo

Cuyo, el encuentro de un desencuentro... Empty Re: Cuyo, el encuentro de un desencuentro...

Mensaje por moxvidal Dom Jul 10, 2011 9:26 pm

CSM wn Exelente esta wea, Maestro mejor tu escribe las historias wn yo no soy tan bueno
moxvidal
moxvidal

Cantidad de envíos : 78
Fecha de inscripción : 18/07/2010

Volver arriba Ir abajo

Cuyo, el encuentro de un desencuentro... Empty Re: Cuyo, el encuentro de un desencuentro...

Mensaje por Fauno Dom Jul 10, 2011 10:49 pm

no mox, ni lo uno ni lo otro. Escribiremos juntos, yo me ayudaré de las tuyas, y tú de las mías.

Nadie debe negar al otro, sino complementarlas.

Fauno
Fauno

Cantidad de envíos : 388
Fecha de inscripción : 16/05/2009

Volver arriba Ir abajo

Cuyo, el encuentro de un desencuentro... Empty Re: Cuyo, el encuentro de un desencuentro...

Mensaje por Contenido patrocinado


Contenido patrocinado


Volver arriba Ir abajo

Volver arriba


 
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.